martes, 11 de agosto de 2009

EN LA ZONA CERO


-Soy una persona bastante despistada y algo desordenada, pero hay cosas que son sagradas: mis discos, mi biblioteca y mis guitarras. Vale, las guitarras, por el uso (de ahí mis callos en los dedos) se acaban llevando golpes y rozaduras, es inevitable, como igual de inevitable es que los libros tengan marcas. Yo tengo una teoría: los libros se amasan. Sí, tú los cuidas, pero al leerlos y releerlos, siempre dejamos una marca, algo nuestro; una salpicadura del café, una pequeña doblez cuando te lo llevas de viaje, esa puta manía que tienen algunos de doblar la página (¡dios, para algo existen los marcapáginas!) cuando les prestas un libro... en fin, que un libro nunca es igual a otro, es como el DNI, tiene una marca que los identifica como libros nuestros, como algo propio. Pero lo que sí cuido con mimo, lo que trato con más cuidado, son mis discos. Y he aquí mi disgusto.

Hace dos días se me cayó una valda toda llena de discos. Vale, era la valda donde tengo colocados los discos que ya no escucho o que apenas escucho, pero coño, eran mis discos. Ver mi colección de U2 destrozada, la de Aerosmith, ese disco de los Guns 'n Roses que me costó en su época 5.500 ptas, el disco más caro y por el que he pagado más dinero, y mira que me compro discos, pero nunca he pagado tanto por uno.

La valda se desplomó primero sobre mi mesa, y no sé muy bien cómo llegaron a salvarse la cámara de fotos y el móvil, porque les calló encima, y de ahí hasta el suelo. Sólo me queda un consuelo; un regalo horroroso de mis tíos de Sevilla. No sabría muy bien cómo definirlo, venía a ser una especie de palo largo con una mierda pinchada en lo alto, digo con una especie de estrella de cerámica. Hace no mucho, en un bar de Salamanca, ofertaban copas a cambio de objetos decorativos inútiles que tuvieras en casa. Estuve tentado de cambiarlo por una copa en este trueque, pero el valor sentimental (mentira) que le tenía me lo impidió (fue que se pasó la oferta, pero con ganas me quedé). Aún así es un precio muy alto por deshacerme de ese horror de regalo; preferiría tener mis discos intactos.

Pero bueno, no hay mal que por bien no venga. Colocaré valdas más sólidas y compraré una estantería para colocar todos mis discos y mis libros. Espero que no se caiga encima mío como la valda, así que cruzo los dedos. Y ya de paso, reorganizo bien los discos y los libros.

Si me buscan, estoy en la Zona Cero.

2 comentarios:

  1. ostras :S:S

    a mí se me calló un vinilo... y se me rompió u.u
    por una parte, menos mal que no era de los antiguos porque me lo acababa de comprar; por otra parte, joder, me lo acababa de comprar! y encima en londres, que está cerquita ¬¬

    suerte con tu reorganización! y espero que las carátulas no hayan sufrido demasiados daños

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  2. Sigo evaluando daños, pero...

    Estás en Londres, que guay :D Yo creo que iría con una maleta sólo para vinilos.

    Vaya mala pata con tu disco

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