domingo, 29 de noviembre de 2009

PROBLEMAS DE ROCANROL


-Hay maneras y maneras de perder la dignidad, pero reconozcámoslo Rubia, somos únicos. Y es que, queridos lectores, tengo que deciros que al calor de la última entrada (¿han visto qué chiste tan malo? no se preocupen, intentaré superarlo), me ha dado por pensar en el tabaco. Bueno, llevo media mañana pensando en él. Hace un día del carajo, no tengo ni un cigarrillo y el kiosko me parece cada vez más lejano.

Eso que dicen por la tele: pida ayuda a su médico para dejar de fumar, será si el médico quiere, porque el mío dice que está muy ocupado; vamos, que es mentira y gorda. Y que me lío, coño, que he venido para hablar de mi libro (¿he dicho yo ésto?). El que tenga alguna adicción, ya sabrá lo que es el mono.

Hay que retrotraerse en el tiempo un par de semanas (retrotraerse, lo voy a apuntar para putear a los erasmus), concretamente dos. Estábamos en Madrid, y después de la gran bronca que nos echó la italiana por fumar en su piso, yo me fui a duchar y tú te fumaste un cigarrillo en la ventana. Tengo que confesar que le ahumamos la casa entre varios, aunque creo que lo que más le dolió fue la lencería; sí, tenía el tendedero en el salón, el mismo salón que varias cervezas y botellas de vodka después parecía una discoteca. Así que creo que eso le terminó de mosquear; ¿o tal vez fue que estábamos apagando el cigarrillo de después cuando nos echó la bronca? Creo que fue en ese momento cuando nos dimos cuenta de que había lavado y cambiado las fundas de los sofás.

Así que si nunca habéis visto una italiana enfadada, pensad en Berlusconi. Bueno, no, que este da grima, no miedo. Yo que sé, imagináos un perro rabioso y muy cabreado; ¿a que da miedo? Pues bien, a la mañana siguiente, ya no tuvimos el valor para fumar en el piso, ¿recuerdas, Rubia?. ¡Joder! Un desayuno, ese cafecillo, esa magdalena y... ese cigarrillo es irrenunciable. Teníamos que fumar. Y nos bajamos al portal: yo, con un pantalón de pijama a rayas de colorines, una camiseta de AC/DC, la manta andrajosa, en calcetines, la taza de café de una mano y el cigarrillo de la otra, tú con una pinta similar.

Un domingo en Madrid, perdimos la poca dignidad que teníamos, Rubia. ¿Pero sabes qué es lo mejor? Sí, lo sabes; nos da igual. Los coches desfilando, como los vecinos, delante del portal, como el sol de mediodía. Teníamos problemas, los seguimos teniendo, pero en aquel momento, todo daba igual...

Uno de los mosqueteros/as.

PD: Como lea ésto la italiana, alguien va a tener que buscar piso.

sábado, 28 de noviembre de 2009

ALGUIEN CON CHISPA


-Tenía pensado escribir sobre sexo, pero Carlos ha estado más rápido (que nadie saque conclusiones precipitadas, es un comentario sin rencor). Así que como no voy a hablar de sexo (ya sé que acabo de perder el 90% de los lectores con esta afirmación), sólo me queda una: los frikis del mundo mundiá.

Siempre me han impresionado mucho los tíos que se queman a lo bonzo. Si ya cuando me salta un poco de aceite cocinando me hago pupita (me cago en su puta madre, pero queda más fisno lo otro), no quiero ni imaginarme lo que sufrirá esta gente quemándose viva. Bueno, a lo que voy; me parece una muerte horrorosa, casi tanto como ahogarse. Quedáos con el siguiente dato: como tengo tiempo para pensar en mis cosas y en las de los demás (creo haber dicho en este blog que soy filólogo), tengo momentos de ida de pinza total y me pongo a imaginar muertes ridículas. Ya sabéis, morir ahogado en la piscina de un barco, cambiando una bombilla, atragantado por un boquerón... que le pongo muuucha imaginación, no os penséis, pero la realidad siempre supera a la ficción. Poned un redoble de tambor imaginario sonando en vuestra cabeza... ¡Tachán, tachán!

Érase que se era, un hombre con dolor de espalda. Como su madre y su abuela siempre le decían: "Date unas friegas con alcohol de romero, que alivia el dolor". Puede que por la estimulación de dichas friegas, al buen hombre le dio por fumarse un cigarrillo, ya sabéis, el cigarrillo de después, o simplemente se tratase de un fumador de tantos (hasta que no se demuestre lo contrario creeré la primera versión).

Alcohol+Cigarrillo= Fuego
No, no es una fórmula matemática (recordad, soy de humanidades, yo no sé de esas cosas), es lo que le sucedió al pobre hombre; ardió vivo. No sé qué cantidad exacta de alcohol de romero es necesaria para darse una friega, pero éste se pasó tres pueblos. Al menos no podrán decir de él que no tenía chispa.

PD: Seguro que esta advertencia no viene en las cajetillas de tabaco.

PD2: Para los perros de mis amigos: podéis dejar anónimos sin la necesidad de registraros. Por si no lo he dicho ya: ¡¡¡Perros!!!

martes, 24 de noviembre de 2009

DÍAS SIN HUELLA


-Hay unos pocos días buenos, hay otros pocos días malos y hay muchos días normales. De lo que hagamos los días normales, de esos pequeños gestos, una sonrisa, buenas palabras, depende en gran medida que éstos no pasen sin pena ni gloria, que no nos resbalen de las manos y se conviertan en días sin huella.

Sí, los días sin huella son aquellos en los que cuando te acuestas y repasas el día, eres incapaz de dar con algo nuevo, una emoción (buena o mala)... y entonces llega la sensación de frustración por haber desaprovechado el día.

Y está en nuestras manos el aprender cosas nuevas cada día, en que el calendario no se convierta en algo monótono que discurre como el agua de un río incapaz de diferenciar un día de otro; el agua nunca es la misma, pero lo parece.

También puede ser que un día normal, por una cagada (soy especialista en escapismo, pero también en cagarla), se convierta en una mierda de día. ¿Es posible cambiar la situación en el mismo día? Si encuentro la respuesta, se lo haré saber. De momento el gintonic y el tabaco no funcionan.

H. Chinaski

martes, 3 de noviembre de 2009

MAMÁ TE QUIERE, PERO NO TANTO


-Mientras Ejpaña sigue con la producción de chorizos a toda máquina (qué fácil es poner la manita para cobrar comisiones, ¿eh?), los yankees siguen a lo suyo; es decir, siguen con sus pleitos surrealistas.

Ya conocíamos a la viejecilla que se quemó los labios con el café que le sirvieron en una conocida cadena de restaurantes. Señora, como no pida que le echen un poco de leche fría, ¡el café quema! El resto es historia; la señora demandó a la cadena y esta tuvo que pagarle una cuantiosa indemnización. Me informan que la viejecilla está disfrutando de su jubilación en Miami.

También es conocido el caso de un tipo, que cómo os diría... estaba gordo de cojones. Nada que objetar a su peso y su estilo de vida. Se metía entre pecho y espalda varios mcmenús al día, y cuando digo varios, quiero decir entre diez y veinte, según le pillara el día a este hombre. El caso es que el tipo en cuestión tuvo los santos huevos de denunciar al McDonal's por ofrecer alimentos con alto contenido calórico.
Vamos a ver, tío. ¿Me estás diciendo que comes como si fuera tu último día en la tierra, que te atiborras de grasa, que no comes, engulles para luego regurgitar y volver a comer? Que yo sepa, el payaso de McDonald's nunca te puso una pistola para que tragaras haburguesas y patatas como un gorrino.
Éste, por tonto, se quedó sin indemnización.

Pero ahora viene lo gordo. Un hombre denuncia a su madre por llamarle contínuamente al móvil. La susodicha lo llamaba una media de cincueta veces al día. ¡Coño mamá, contente! Además no es que el chavalín fuera un adolescente, es que tenía más de cuarenta años. Ya sabemos como resuelven estas cosas en EEUU; pleito al canto. La pobre mujer (¿?) obligada a pagarle una indemnización al hijo y restricción en las llamadas. Eso sí, lo ha desheredado. Mamá te quiere, pero no tanto.