jueves, 7 de julio de 2011

PORQUE SIEMPRE HAY IDIOTAS MEJORES


¿Echáis de menos fumar en los bares? ¿No? Pues deberíais (Pérez-Reverte diría que sois unas mariconas, pardiez). Menos mal que tenemos a los jodidos yankees y a sus jodidos inventos (¡dios, el espíritu de don Arturo me ha poseído!).

En uno de mis muchos intentos para dejar de fumar, fui a una farmacia donde me querían vender lo último en métodos para dejar de fumar: un puto cigarrillo electrónico que libera vapor de agua en vez de humo de tabaco. La broma, unos 60 euros. Por supuesto, no lo compré. Si mi frágil voluntad se asentaba en dos puntos, salud y dinero, con ese precio, ya se iba a la mierda uno de los dos.

Bueno, a lo que iba. ¿Qué se puede esperar de los americanos? Pues cosas buenas y cosas malas, pero como soy un tocapelotas, a mí me interesan las malas. En este caso, el invento del siglo. Sí, ya sé, apenas hemos consumido una década de este nuevo siglo, pero es que es EL PUTO INVENTO.

Que fumar ya no está tan bien visto, que ahora los fumadores son marginados (y conste que me parece bien, ¿eh?), pues me invento el e-cigarette. Nótese esa "e" delante del anglicismos cigarette. Ya no basta con ponerle de nombre a tu invento un palabro en inglés, no señor. Hay que estar en la vanguardia.

¿Qué hace el invento? Entre otras cosas, además de echar vapor de agua, se sincroniza con móviles, para que puedas chatear con otros fumadores de vapor, y cuando vas por la calle, detecta otros e-cegarette y el paquete te empieza a vibrar, el paquete que contiene los e-cegarettes, guarretes. Porque estos cigarrillos electrónicos tan molones te los veneden en paquetes de cinco unidades, a un módico precio, claro.

No sé si es peor matarse con el tabaco o haciendo el gilipollas con estos cigarrillos, porque esto también mata (la inteligencia). Siempre nos quedará fumar en pipa, que también es muy cool.

lunes, 4 de julio de 2011

SOBRE MOQUETAS, "MEDIAS PINTAS" Y TETAS

-Los ingleses tienen sus cosas raras. Lo de la moneda y los enchufes... mejor dejarlo para otra entrada. Yo lo que quiero saber, es por qué cojones tienen la casa enmoquetada, hasta el baño, y amigos, esas gotitas que no van al sitio adecuado, adivinad adónde van a parar. Sí, a la puta moqueta. Esa moqueta que está impreganada de orines desde que la construyeron (¿fue antes la casa o la moqueta? Tengo mis dudas), y que huele a mil demonios, porque, e aquí otra peculiaridad: el baño no está muy lejos de la habitación donde duermes, y uno que tiene el sueño ligero, no puedo dormir con esos olores nauseabundos, que parece que estás en Sanfermines. Sólo faltan los guiris borrachos. Bueno, no, que también hay guiris borrachos.

Y esa es otra. ¿Pero cómo cojones pueden beber tanto? En serio, es imposible seguirles el ritmo. Si comes a mediodía y cenas a las seis, no es raro encontrate a borrachuzos a las ocho de la noche (sí, amigos, allí el sol son los padres, porque no existe). Lo que me gusta es la campana anunciando la última ronda. ¡Ahí el que no corre vuela! Y como no tengo personalidad, yo también peleo por un puesto en la barra para pedir mi última real ale. Y si te da por tomarte unos shots de tequila (según ellos, tecuila), ya puede ser tu perdición.

Ya con unas copas de más, un poco perjudicados, TODOS, sobre todo los que estudiamos idiomas, pensamos que hablamos inglés de puta madre, y siento decíroslo, pero va a ser que no. Decirle al camarero "I'll have a pint of beer" y que entienda "Half pint of beer" no tiene precio. Y a partir de aquí ya la cosa degenera mucho. La tía que te restriaga las tetas por todo tu cuerpo, y luego se las restriega a tu amigo, y no sabes si lo que ha pasado es real o es que AXE ha hecho efecto por primera vez en tu vida (y en la de tu amigo). Tu otro amigo, el que iba al baño sin moqueta del club donde estáis pero que es igualmente nauseabundo, le está explicando en su inglés nivel medio a un grupo de chicas que si "necesitan su pepino, está a su entera disposición". Va siendo hora de recogerse.

Y hasta aquí puedo seguir escribiendo. No dejen de visitar Reino Unido.

Foto de David S. Lozano